domingo, 23 de junio de 2013

FRANCISCO Y EL “DEMONIO” GAY


El papa argentino advirtió días pasados la dificultad que encuentra en reformar la estructura oligárquica de la Iglesia Católica denominada “curia”, un grupo de prebostes entrados en años que son el anti testimonio evangélico por antonomasia. La aseveración también indicó al culpable: el “lobby gay”.

"En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad. Se habla del 'lobby gay', y es verdad, está ahí hay que ver qué podemos hacer” (1)

La prensa especializada habla de un “sistema de chantajes internos basados en debilidades sexuales”, de orgías donde participan altos prelados, de “conductas inapropiadas”. La llaman “mafia lavanda”.

El “poder homosexual” dentro del vaticano vendría a ser una especie de grupo de presión que planifica las políticas vaticanas y se opondría a cualquier reforma. Muchos de sus integrantes estarían siendo investigados por la justicia italiana.

La primera pregunta que cabe plantear es: ¿se los investiga por ser homosexuales, o por la crónica corrupción dentro de la institución vaticana?

El mensaje maniqueo de Bergoglio dejaría ver que la “corrupción homosexual” sería peor que la cometida por personas heterosexuales. No hay que estar muy lúcido para caer en la cuenta que no hay corrupción buena ni mala, de derecha o de izquierda, hetero u homosexual. Hay corrupción, a secas. Tener relaciones sexuales con menores, chantajear, y traficar  influencias, pueden ser figuras penales donde el género de sus autores no agrava ni atenúa los delitos.

La paradoja de todo esto es que lo que hasta hace seis meses atrás eran “ataques” a la iglesia de parte de sus enemigos y oponentes, hoy se ha blanqueado sin tapujos: ¡En el Vaticano hay corrupción! Vaya novedad.

Más allá de lo obvio, lo reprochable es una nueva demonización del colectivo gay llevada a cabo por el nuevo pontífice, el papa demagogo.

Su advertencia permite reflexionar brevemente acerca del “problema” de la homosexualidad en la Iglesia Católica en dos planos: uno, el ejercicio de la sexualidad del clero católico; otro, la sistemática política de discriminación y violencia de género que la institución religiosa lleva a cabo contra la comunidad gay.

Homosexuales en la Iglesia Católica

Sostener que la homosexualidad siempre existió en la Iglesia Católica, sea en el clero o entre los laicos, es un pleonasmo.

El problema se relaciona directamente con lo que llamamos la “cuestión sexual” dentro de la institución eclesiástica, que tiene numerosas derivaciones, todas tratadas por la jerarquía episcopal de modo malsano y dañino.

Algunos ejemplos son el celibato y continencia sexual exigidas a los sacerdotes; la discriminación institucional hacia los curas casados, tratados como “traidores” por el Código de Derecho Canónico; el daño patrimonial a terceros, como el que sufren mujeres e hijos de sacerdotes que, siguiendo en la institución, se los mantiene en la clandestinidad; la doble vida de los curas, avalada por los obispos para que no se vayan de la iglesia (recuérdese al ex jefe de Cáritas Argentina, el obispo Bargalló, quien fue descubierto vacacionando en el Caribe con su novia); la plaga de abusos sexuales, no detenida aún, respecto a la cual se introdujeron reformas que no pasan de un maquillaje hipócrita, ya advertido por las organizaciones defensoras de víctimas del clero delincuente.

En aquel contexto está inmerso el “problema” de la homosexualidad, y junto a él la represión institucional impuesta a seminaristas, curas y obispos para poder ejercer el ministerio sacerdotal, y la purga llevada a cabo en los seminarios a los candidatos que presentan tendencias homosexuales, auténtica “caza de brujas” disfrazada de pruebas periciales.

Pepe Rodríguez fue quien investigó cómo ejercen su sexualidad los sacerdotes católicos. “Según nuestro estudio, estimamos que, entre los sacerdotes en activo, un 95% de ellos se masturba, un 60% mantiene relaciones sexuales, un 26% soba a menores, un 20% realiza prácticas de carácter homosexual, un 12% es exclusivamente homosexual y un 7% comete abusos sexuales graves con menores” (2)

La encuesta que oportunamente llevó a cabo sobre una muestra de 354 curas españoles en activo, complementó aquellos datos “donde se dibuja el perfil de las preferencias sexuales del clero analizado, con el siguiente resultado: el 53% mantiene relaciones sexuales con mujeres adultas, el 21% lo hace con varones adultos, el 14% con menores varones, y el 12% con menores mujeres. Se observa, por tanto, que un 74% se relaciona sexualmente con adultos, mientras que el 26% restante lo hace con menores; y que domina la práctica heterosexual en el 65% de los casos, frente al 35% que muestra una orientación homosexual” (3)

Más allá de la lógica actualización que debiera sufrir la encuesta, es un buen parámetro que confirma la práctica homosexual en el clero católico. Nada nuevo hay en esta materia. Históricamente ha sido así hasta en el cargo más alto. Fue Eric Fratini quien elaboró una lista con más de 20 papas homosexuales (4)

Para la oligarquía episcopal, que el clero gay manifieste su sexualidad significa que incurren en “conductas inapropiadas”, por supuesto, mientras no salgan a la luz pública. Recuérdese lo que sucedió en Argentina con el obispo Maccarone y su novio remisero.  

La descomunal hipocresía institucional, sumada a la tradicional doble moral, surgen en todo su esplendor cuando se trata de reflexionar sobre la homosexualidad del clero.

No ven ningún tipo de “conducta inapropiada” en darle la comunión a genocidas, o en avalar el robo de niños en dictaduras militares porque aquellos sí que son “buenos cristianos”, pero no les tiembla el pulso a la hora de demonizar a la comunidad gay.   

Esta primera lectura del mensaje de Bergoglio se complementa con una segunda, tanto o más grave que la primera. Hablamos de la sistemática política discriminatoria vaticana hacia la comunidad homosexual. Utilizando una frase muy común en nuestra cultura contemporánea, la Santa Sede no se caracteriza ni en su política, ni en su ideología, como tampoco en sus documentos por ser “gay friendly”. Demos algunos ejemplos.

El Derecho internacional: en contra de la despenalización de la homosexualidad

En este escenario, se destaca la oposición que en 2008 la Santa Sede llevó a cabo para despenalizar la homosexualidad a nivel mundial, tratando de impedir que se sancionase la “Declaración sobre orientación sexual e identidad de género”, iniciativa presentada en la ONU por Francia.

El artículo 2 de aquella Declaración hace extensivos al colectivo homosexual los derechos contenidos en el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 2 de los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos, y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como el artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Esta vergonzosa posición es coherente con su política de no adherir a la mayoría de tratados internacionales sobre derechos humanos. Ninguno de los mencionados precedentemente fue firmado por la iglesia.

Por supuesto, no faltó el acto hipócrita de turno cuando se sostuvo que “la Santa Sede sigue abogando para que todo signo de discriminación injusta hacia las personas homosexuales se eviten e insta a los Estados para acabar con las sanciones penales contra ellos” (5)

Documentos internos: “Eres un torcido, pero te queremos”

“Es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas. Tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen”.

El párrafo farsante que transcribimos, figura en la “Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales”, del 1 de octubre de 1986, elaborada por la inquisición moderna llamada Congregación para la Doctrina de la Fe.

Fue colocada dentro de un texto donde pueden leerse cosas como estas: “Optar por una actividad sexual con una persona del mismo sexo equivale a anular el rico simbolismo y el significado, para no hablar de los fines, del designio del Creador en relación con la realidad sexual. La actividad homosexual no expresa una unión complementaria, capaz de transmitir la vida, y por lo tanto contradice la vocación a una existencia vivida en esa forma de auto-donación que, según el Evangelio, es la esencia misma de la vida cristiana. Esto no significa que las personas homosexuales no sean a menudo generosas y no se donen a sí mismas, pero cuando se empeñan en una actividad homosexual refuerzan dentro de ellas una inclinación sexual desordenada, en sí misma caracterizada por la auto-complacencia” (N° 7).

“Sin embargo, la justa reacción a las injusticias cometidas contra las personas homosexuales de ningún modo puede llevar a la afirmación de que la condición homosexual no sea desordenada. Cuando tal afirmación es acogida y, por consiguiente, la actividad homosexual es aceptada como buena, o también cuando se introduce una legislación civil para proteger un comportamiento al cual ninguno puede reivindicar derecho alguno, ni la Iglesia, ni la sociedad en su conjunto deberían luego sorprenderse si también ganan terreno otras opiniones y prácticas torcidas y si aumentan los comportamientos irracionales y violentos” (N° 10).

Otro documento, denominado “Consideraciones acerca de los Proyectos de Reconocimiento Legal de las Uniones entre Personas Homosexuales”, del 3 de junio de 2003 fue la respuesta del integrismo que gobierna la iglesia hacia aquellos países donde existían proyectos de ley para legalizar el matrimonio igualitario, afortunadamente, en franco crecimiento.

Mientras que la “Instrucción sobre los Criterios de Discernimiento en Relación con las Personas de Tendencias Homosexuales antes de su Admisión al Seminario y a las Órdenes Sagradas”, de la Congregación para la Educación Católica, del 4 de noviembre de 2005 fue forzada por la crisis de los abusos sexuales.

En la práctica, implica una “caza de brujas” destinada a “detectar” candidatos a sacerdotes con tendencias homosexuales mediante prácticas periciales cuyos resultados no se notifican íntegramente ni al interesado ni a sus padres. El núcleo de la pericia sólo está reservado al director espiritual y al formador del seminarista, violando así su conciencia e intimidad.

Como sostuvo Maite García Romero: ¿la Santa Sede está diciendo con esto que los curas heterosexuales son los buenos y los homosexuales los malos? ¿Es eso lo que quieren dar a entender? (6)

La ideología homofóbica que nutre los documentos surge del catecismo católico (N° 2357 al 2359), que confirma el “desorden” de los actos homosexuales por ser contrarios a la ley natural de su dios, por no proceder de una verdadera complementariedad afectiva y sexual.

A renglón seguido, se llama a los homosexuales a la castidad y a que el rebaño hetero los acoja “con respeto, compasión y delicadeza”, actitudes poco comunes si se tiene en cuenta que la militancia católica no es muy afecta a la misericordia. La sola lectura de los comentarios que los creyentes suben a los foros virtuales es prueba suficiente.

Declaraciones: la “amenaza gay” según Ratzinger

No sólo hay políticas y documentos contra los homosexuales, también discursos y declaraciones. Como las de Benedicto XVI, quien en diciembre de 2008, pocos días después de que el Vaticano rechazara la despenalización de la homosexualidad a nivel mundial, colocó a la homosexualidad al mismo nivel que el cambio climático, tildándola de “amenaza”: “"Si las selvas tropicales merecen nuestra protección, el hombre (...) la merece mucho más", agregó. El Papa defendió "una ecología del hombre" así como el matrimonio tradicional contra cualquier otra forma de unión, en particular las gay” (7)

Los breves hechos y datos mencionados podrían completarse con otros: desde la prohibición para ejercer el ministerio al cura brasileño Luiz Couto, por defender el uso de preservativos y a los homosexuales, pasando por considerar a la homosexualidad como una enfermedad “curable”, hasta las críticas de Ratzinger a las leyes británicas de igualdad.

El “demonio” gay sigue estando presente en los documentos, en la política y, sobre todo, en el discurso eclesiástico lo que implica, además, una profunda contradicción dado el alto número de homosexuales que integran la institución.

¿Cambiará Bergoglio?

El hasta ahora papa demagogo ha transcurrido 100 días de gobierno y, a priori, abrió el paraguas para mentalizar al rebaño respecto a lo difícil que es cambiar las estructuras vaticanas. Expresamente dejó en claro que es una persona muy desorganizada para reformarlas y que por esa razón había nombrado una comisión encargada al efecto.

Por ahora, el objetivo prioritario es sacar a la iglesia del “ojo de la tormenta” compuesto por un mix explosivo: abusos sexuales a niños y jóvenes, corrupción financiera, e internas de poder entre las sotanas, filtración de documentos mediante. Hasta ahora lo está logrando, blanqueando el sepulcro, pero al costo de infantilizar a la opinión pública con sus gestos demagogos.

Bergoglio no viene de la línea progresista, aunque finja serlo. Militó contra varias leyes laicas en nuestro país, amenazando con signos apocalípticos, sólo existentes en el imaginario de un integrismo cada vez más fanatizado.

El clima de reformas anunciado con bombos y platillos por el aparato propagandístico vaticano lo obliga a desandar un largo camino de discriminación por razones de género construido por la institución que preside, y por no pocos de sus integrantes. Sobre todo, le exige no seguir demonizando a la comunidad gay. En definitiva, el desafío del papa argentino será extender a aquella lo que declara la biblia católica: que los hombres han sido creados a imagen y semejanza de Dios.

¿O las sagradas escrituras son sólo para heterosexuales?

 

Notas

(1)   Sexo, corrupción y poder dentro del ‘lobby gay’ que denunció Francisco”, en www.perfil.com

(2)  La vida sexual del clero, Buenos Aires, Ediciones B,  2002, p.27

(3)  Op. cit. p. 28.

(4)  Los papas y el sexo, Montevideo, Espasa, 2010, p. 303.

(5)  Declaración del representante del Vaticano, Celestino Migliore.

(6)  “Purga vaticana de seminaristas gays”, en www.laicismo.org/detalle.php?pk=8103

(7)  “El papa atacó a los homosexuales en su discurso de fin de año”, en www.clarin.com/diario/2008/12/23/um/m-01827788.htm

jueves, 20 de junio de 2013

Doctrina Social de la Iglesia: una ideología

La nota que a continuación transcribo fue redactada como respuesta a un artículo de un miembro del Opus Dei que considera que la DSI no es una ideología.
Gracias a la generosidad de Gabriel Conte, editor general de MDZ Online, fue publicada hoy en el diario digital Gaceta Mercantil.Com

El texto es el siguiente:

Karl Popper sostenía que “los que no están dispuestos a exponer sus ideas a la aventura de la refutación no toman parte en el juego de la ciencia” (1).
La posibilidad de considerar a la Doctrina Social de la Iglesia como una ideología no es nueva.
La cuestión fue abordada por teólogos de la talla de M. D. Chenu en su obra “La doctrine sociale de l'Église comme idéologie”. En ella criticaba no sólo el método deductivo que utiliza dicha Doctrina, para nosotros, principal causa de su fracaso e inaplicabilidad. Sostuvo que “a menudo sirvió, y sirve todavía, de respaldo ideológico a quienes, detentando el poder económico y político, procuran mantener el statu quo”.
Es lo que ocurrió recientemente en Honduras cuando tras el golpe de Estado perpetrado por la derecha política con el respaldo dela Conferencia Episcopalde ese país, el presidente Porfirio Lobo manifestó quela Doctrina SocialCristiana sería el “fundamento en la acción del gobierno” (2); mientras el cardenal golpista Rodríguez Madariaga prometía una “regeneración moral” en ese país conforme los postulados católicos (3).
El catolicismo está fragmentado, y esa división también se refleja en las opiniones relativas a la cuestión. Están aquellas que consideran quela DSIno es una ideología, como la de los obispos latinoamericanos en el Documento de Puebla, donde manifestaron: “Ni el Evangelio nila Doctrinao Enseñanza Social que de él proviene son ideologías. Por el contrario, representan para éstas una poderosa fuente de cuestionamientos de sus límites y ambigüedades. La originalidad siempre nueva del mensaje evangélico debe ser permanentemente clarificada y defendida frente a los intentos de ideologización” (Nº 540).
También los papas se expresaron en ese sentido: “La fe cristiana se sitúa por encima y a veces en oposición a las ideologías en la medida en que reconoce a Dios, trascendente y creador, que interpela a través de todos los niveles de lo creado el hombre como libertad responsable” (4). Juan Pablo II siguió el mismo criterio en la encíclica “Sollicitudo rei socialis” (Nº 41).
Aquellas posiciones contienen dos errores: 1) el evangelio (como lo presenta la iglesia católica), no viene en estado puro, aséptico, sino con un contenido político, social y cultural muy marcado ya que relata características de las sociedades antiguas: organización de los gobiernos, autoridad política, rol de la mujer, trabajo; 2) un intento autoritario y soberbio de situarse “por encima y a veces en oposición a las ideologías”, como advirtiendo que el pensamiento católico contiene elementos que lo harían “superior” a los demás.
Ahora bien, que papas y obispos afirmen quela DSIno es una ideología no significa garantía alguna de certeza.
Hay otras opiniones dentro del colectivo católico que sí consideran ala DSIcomo una ideología. Destacan el “sistema de ideas”: “Cuando se despoja al concepto de “ideología” de toda connotación peyorativa o ligada a intereses, el vocablo ideología toma el sentido de conjunto o sistema de ideas acerca de una o más cuestiones. Por ende, con esta acepción, no hay por qué negar quela Doctrina Socialdela Iglesiacontiene y expresa una ideología en lo que viene a ser la sumatoria de ideas en torno de principios y valores que se relacionan con las materias propuestas por el magisterio” (5).
En similar línea Mario P. Seijo. “Hay así una ideología liberal que explicita los principios y la doctrina liberal. Así como hay una ideología marxista que explicita los principios y la doctrina marxista. Como también hay, gracias a Dios, una ideología social cristiana que responde a los principios y ala Doctrinadela Iglesia” (6). Esta última definición distingue la Doctrina Social de la Iglesia de la Doctrina Social Cristiana.
Sin perjuicio de aquellas posiciones dicotómicas, paradójicamente fueron los propios obispos latinoamericanos quienes, con su definición de ideología plasmada en el mencionado Documento de Puebla, confirmaron el carácter ideológico dela DSI: “Llamamos aquí ideología a toda concepción que ofrezca una visión de los distintos aspectos de la vida, desde el ángulo de un grupo determinado de la sociedad” (Nº 535).
Conforme esa definición toda ideología contiene: a) una concepción, idea o pensamiento, b) una visión, perspectiva o punto de vista de los diversos aspectos de la vida de los hombres, c) la elaboración por un grupo determinado de la sociedad.
Y los tres aspectos pueden aplicarse ala DSI: a) un corpus doctrinal; b) un punto de vista de los diversos aspectos de la vida de los hombres (persona, matrimonio, familia, trabajo, economía, comunidad política, poder político, comunidad internacional); c) elaboración por un grupo determinado de la sociedad. En el caso que nos ocupa,la DSIes elaborada exclusivamente por los obispos católicos, no hay participación del laicado en su elaboración. Esos presupuestos pueden ser completados por otros que suministra la ciencia política, también presentes en la DSI, a saber: 1) una interpretación de la historia; 2) un sistema de expectativas o programa de realizaciones futuras, y 3) un método de acción.
Es decir, desde el pensamiento de los obispos y desde la ciencia política se establecen los presupuestos necesarios que permiten identificar ala DSIcomo una ideología más. Y hay otro factor que es fundamental: la sensibilidad a los cambios sociales.
Las ideologías se encuentran históricamente condicionadas por la estructura social y económica de las sociedades. De manera que cualquier cambio estructural, por minúsculo que sea, influye en la actualidad o vigencia de una posición ideológica, la convierte en actual o en inactual, hace de ella un instrumento reaccionario o revolucionario, la transforma en la imagen de un orden social deseable o aborrecido (Fayt). Eso es precisamente lo que ocurre con la visión que la DSI tiene, por ejemplo, de la familia, el matrimonio, el papel de la mujer en la sociedad. Es una visión inactual, reaccionaria, superada históricamente. Visión que vastos sectores del catolicismo tampoco aceptan.
Y si desde la perspectiva teórica la DSI es una ideología, la experiencia y práctica de los grupos religiosos no deja lugar a dudas. El integrismo (colectivo que gobierna actualmente la institución católica), ha instrumentalizadola DSIen cuestiones de naturaleza política, social y cultural. Se observó el año pasado cuando extremistas católicos se opusieron a una ley laica: la del matrimonio igualitario.
Pretenden imponer su visión a toda la sociedad, creyentes y no creyentes, católicos y no católicos. Es una visión totalitaria con pretensiones de convertir a la iglesia católica en una organización con poder de veto (una pequeña muestra fue el acto de censura de un cura en la localidad mendocina de Malargüe), y a los gobernantes y legisladores elegidos democráticamente en títeres de un monarca absoluto, el Papa, jefe de un Estado extranjero.
Los genes totalitarios y dominantes de la DSI, que el integrismo se encarga de resaltar sin ningún tipo de escrúpulos, fue advertido por el filósofo italiano Paolo Flores D’Arcais al abordar la posición ideológica de Juan Pablo II. También es sostenido por el progresismo católico que habla de la “teología de la dominación”, con pretensiones de imponer a las sociedades laicas y plurales un modelo de sociedad excluyente y teocrático. Pero este es un tema para otro artículo.
Resulta claro entonces que, desde la teoría como la experiencia y la praxis,la Doctrina Socialdela Iglesiaes una ideología más. La cuestión de la “trascendencia” no entra en el análisis por ser inverificable. Para Marcos Ghio las ideologías son en el fondo como las religiones aunque de carácter secular. Implican “una fe, que si bien carece de una aceptación de un Dios y de la trascendencia”, sin embargo mantienen “el fondo irracional y fanático” propio de todas las religiones. (7).
2. La “ideología democrática”
La otra cuestión abordada por el autor es lo que denomina “ideología democrática”. De ella destaca una serie de “graves problemas”, de los que sólo nos interesan los siguientes:
a) “2. Es formadora de una mentalidad relativista, escéptica, negadora del orden natural objetivo y trascendente y que entrega toda la regulación de la vida humana a la tiranía del número (aborto, eutanasia, homomonio, etc.)”.
Sin embargo, lo que el autor llama “mentalidad relativista” es nada más y nada menos que el pluralismo ético que debe existir en una sociedad laica, democrática y diversa donde la “verdad” (auténtica obsesión del integrismo católico), no es propiedad de nadie, sino una búsqueda y construcción de todos los ciudadanos. Lo contrario es caer en la tiranía de los ayatolás y papas que dicen poseer “verdades absolutas”. Es decir, es caer en un nuevo totalitarismo, en este caso, religioso.
El tan mentado “orden natural objetivo y trascendente” -mito de legitimación del discurso de las dictaduras militares de Argentina, Chile y Uruguay, según Miguel Rojas Mix-, es una elaboración teórica que sirve de instrumento de dominación y de anulación de la autonomía de mujeres y varones que deberían hacer la genuflexión a los “representantes” terrestres de aquel “orden natural”. Es uno de los fundamentos del totalitarismo católico.
Lo que el autor llama “tiranía del número”, no son otra cosa que los representantes que las mayorías eligen mediante métodos democráticos y que tienen la responsabilidad de gobernar para todos, creyentes y no creyentes, a fin de solucionar los problemas sociales no con el catecismo católico sino conla Constitucióny políticas públicas laicas. Porque los problemas sociales (los ejemplos del autor fueron el aborto, la eutanasia, el “homomonio”), son problemas laicos que deben recibir una solución laica, coincidan o no con las religiones.
b) “3. Toda actividad intelectual es puesta al servicio de la producción de modelos propuestos por la imaginación a la voluntad de poder, que tratará de traducirlas en realidad”. Sin embargo, lo mismo pasa con la ideología católica cuyo modelo social - que pretende imponer a la sociedad laica, es calcado del actual modelo excluyente que impera en esa institución donde vastos sectores han sido expulsados o bien, libremente, se han retirado en un éxodo silencioso. Dicho modelo viola sistemáticamente derechos humanos elementales.
c) “5. La destrucción de los lazos que unen al hombre a lo real, a las entidades naturales, empezando por la familia, genera individuos desarraigados, en los que disminuye el sentido familiar, religioso, patriótico, que deben enseñar la familia -escuela de educación política- y las comunidades intermedias”.
La “ideología democrática” sería causa de la destrucción de los lazos familiares. Pero ¿A qué tipo de familia se habrá referido el autor? ¿Al modelo de familia acorde con la ideología católica, llamada “tradicional”? ¿O a los nuevos modelos de familia? Un nuevo ejemplo de la visión ideologizada dela DSI. Elproblema aquí es que son los propios bautizados los que no avalan ni viven conforme a ese modelo elaborado por los “expertos” en familia, es decir, a sujetos que renuncian a enamorarse y a tener hijos.
d) “6. El Estado termina siendo -en camino de destrucción o ya destruidos los cuerpos intermedios- policíaco, armado de un arsenal de leyes y reglamentos encargados de dar sentido a las conductas imprevisibles y aberrantes de los ciudadanos”.
Sin embargo, ¿No hace lo mismo la DSI y la oligarquía vaticana violando las conciencias de los católicos practicantes y de quienes no lo son? ¿No cumple la función de “policía” de las conciencias, cuando nadie le ha pedido su intervención? ¿Qué significó el ilegal acto de censura de un cura católico en el sur de Mendoza sino un acto “policíaco” de las conciencias y las libertades laicas?
Como sostiene Fernando Savater, “las autoridades religiosas no son autoridades morales ni legales: pueden establecer lo que es pecado para sus feligreses, no lo que ha de ser delito para todos los ciudadanos ni indecente para el común del público” (8).
e) “8. El poder económico –”la fortuna anónima y vagabunda”– dirige tras las tablas los hilos de los gobiernos considerados democráticos”.
Sin embargo, es el mismo poder económico anónimo lo que permite al catolicismo integrista existir. Es el poder económico de grupos como la secta franquista Opus Dei (con fuertes notas del nacional-catolicismo español), o el colectivo fundado por el pedófilo Marcial Maciel llamado “Legionarios de Cristo” (eufemísticamente “Millonarios de Cristo”), quienes entre otros mantienen las estructuras y organización de la última monarquía absoluta del planeta, digitando también el nombramiento de sus papas y obispos.
La interpretación de la historia que conllevala Doctrina Socialdela Iglesiacomo ideología tiene un denominador común: los presagios de tiempos apocalípticos en tanto y en cuanto las sociedades y los Estados, las mujeres y los varones no se sometan con obediencia de cadáver a los dictámenes de las oligarquías teocráticas, depositarias de “verdades absolutas”.
El problema para ciertos sectores del catolicismo (que incluye los dos estamentos medievales, clérigos y laicos), es que no demuestran vivir ni creer en el “ethos” del laico y judío Jesucristo, conforme lo sostenido por el teólogo católico José María Castillo. Están aferrados a la religión (convertida en ideología); no a la fe de Cristo como opción de vida. Nada cristiano tienen para decirle a la sociedad.
Es por eso que un sacerdote católico (perseguido por la inquisición vaticana), dijo: “El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa… y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología. Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea” (9).
NOTAS
(1) Citado por Agustín Gordillo, Introducción al Derecho, Fundación de Derecho Administrativo, Buenos Aires, 2000, p. II-2).
(2) www.religionenlibertad.com/index.asp?fecha=30/01/2010 -
(3) www.zenit.org/date2010-02-08?l=spanish -
(4) Papa Pablo VI, Carta Apostólica Octogesima Adveniens, Nº 27.
(5) BIDART CAMPOS, Germán. J., Doctrina Social de la Iglesia y Derecho Constitucional, 1ª ed., Buenos Aires, Ediar, 2003, p. 10.
(6) Doctrina Social de la Iglesia y Doctrina Social Cristiana, Buenos Aires, Ed. Ciencia Razón y Fe y Ed. Club de lectores, 1995, p. 17.
(7) Pinkler Leandro (compilador), La religión en la época de la muerte de Dios, Parte IV “Religión y Geopolítica”, 1ª ed. 2ª reimp. Bs. As., Marea, 2009, p. 222.
(8) Savater, Fernando, Diccionario del ciudadano sin miedo a saber, 1ª ed., Barcelona, Ariel, 2007, p. 40.
(9) Antonhy de Mello.

Fuente: www.gacetamercantil.com/notas/34501/

sábado, 15 de junio de 2013

PAPA INTEGRISTA

Dos noticias surgidas en estas horas demuestran las raíces integristas del papa Bergoglio.

Una, el "consejo" que les dio a los legisladores franceses de derogar leyes si es necesario, en una clara intención de manipular la legislación de uno de los países con mayor tradición laica.
La sanción de la ley sobre matrimonio igualitario en Francia es uno de los puntos conflictivos.

La otra, un encuentro en el Vaticano dedicado a reflexionar sobre la encíclica Evangelium Vitae. La cuestión tiene relación directa con la particular visión de la "defensa de la vida" para el integrismo católico.

Francisco ya se había reunido con los grupos autodenominados "pro vida", y que en la práctica son antiderechos humanos de las mujeres.

A las dos noticias se puede acceder a través de sus links:
http://www.lanacion.com.ar/1592395-el-papa-pidio-a-legisladores-franceses-derogar-leyes-si-es-necesario

www.valoresreligiosos.com.ar/‎

jueves, 13 de junio de 2013

SOBRE LA LEY DE FERTILIZACIÓN ASISTIDA

Me pareció interesante este artículo publicado en el diario Página 12, referido a aspectos controvertidos de la ley. El enfoque del mismo es desde la psicología.

Embriones y sus destinos

No es lo mismo un embrión que un pre-embrión, pero ninguno de ellos, como ente biológico, es igual a la representación que de él se hacen los pacientes bajo tratamientos de fertilización asistida. Las autoras examinan esta cuestión y anotan sus posibles repercusiones cuando se trata de pre-embriones criopreservados. Desde hace una semana es ley la cobertura integral de los tratamientos de fertilización asistida.

Por Silvia Jadur,
Constanza Duhalde y Viviana Wainstein *
Entre los especialistas en fertilización asistida, como en la comunidad en general, la donación de gametas y la criopreservación de embriones son temas aún controversiales. El debate más encarnizado recae sobre la categoría del embrión y su futuro. Puede perderse la perspectiva de que los embriones se constituyen como tales a partir de la elección y decisión de personas. Estas padecen un profundo dolor psíquico por no poder lograr un embarazo “naturalmente esperado”, por tener que afrontar un obstáculo azaroso en su deseo de tener un hijo y ser padres. Proponemos interrogarnos sobre los modos en que se puede acompañar a los pacientes, desde los espacios psicológicos, a lo largo de los procedimientos médico-técnicos a los que se someten para lograr un embarazo.
Cada individuo tiene una representación particular de un niño, de un hijo, según sus deseos, su estilo de personalidad, su historia y según la cultura de la comunidad a la que pertenece. Influyen el grupo social, la etnia, las ideologías de referencia. Por lo tanto, cada paciente tendrá también una representación única y diferente de los embriones, aun cuando haya percibido visualmente imágenes reales de los mismos.
De acuerdo con Selma Fraiberg (Fraiberg S., Adelson E., Shapiro V. “Ghosts in the nursery: a psychoanalytic approach to the problem of impaired infant-mother relationships”, J. Amer. Acad. Child Psychiat. 1975; vol. 14), en el deseo de un hijo confluyen tres niños: el de la mente o fantasmático, que es el bebé, en tanto hijo de las fantasías de los padres; el del corazón, en el que confluyen los proyectos afectivos de los padres y de las familias de origen; y el real que, con el nacimiento y presencia concreta, los confronta con los dos anteriores y genera la de-silusión primera. Esta última transición es imprescindible para tramitar la filiación de ese niño reconociéndolo como hijo propio, adoptándolo, independientemente de su origen procreativo.
Es así que el primer anidamiento de un embrión –futuro niño– es el psiquismo parental, el espacio de fantasías de la mujer y del hombre que desean ser padres. Como también los anclajes primarios de los mandatos de las familias que van modelando el lugar del niño por venir. La parentalidad se va montando sobre las representaciones de hijo-embrión enlazadas con los afectos, que habilitarán a los padres a tejer la trama vincular y tolerar el desvalimiento infantil a posteriori del nacimiento.
Desde que las personas inician la búsqueda de un embarazo hasta los diagnósticos que indican la conveniencia de recurrir a técnicas de asistencia médica en la reproducción, tanto hombres como mujeres atraviesan un caleidoscopio emocional. La bibliografía internacional y las investigaciones específicas dan testimonio del padecimiento emocional de los pacientes en estas circunstancias con sus efectos en los tratamientos médicos. El modo en que se elaboren estas situaciones –sobre todo la difícil aceptación de la imposibilidad de lograr la concepción a través de la sexualidad placentera– marcará de alguna manera la ulterior relación con el bebé.

Criopreservación

Denominamos embrión pre-implantacional al material biológico logrado como resultado de un tratamiento de fertilización asistida en un laboratorio a partir de una gameta femenina y otra masculina, y que de acuerdo con ciertas ca-
tegorías científico-biológicas está en condiciones de ser transferido al útero o bien de ser criopreservado, con el fin de ser transferido al útero en un momento posterior. Una vez que se produzca el anidamiento, este embrión pre-implantacional o pre-embrión alcanza el status de embrión implantado; luego, durante el embarazo, se desarrollará lo que potencialmente será un futuro nuevo infans humano.
Como las palabras están cargadas de sentido, es importante diferenciar al embrión pre-implantacional o pre-embrión, del embrión que ha anidado, en función de las representaciones que los futuros padres deseantes van construyendo sobre lo que será el futuro feto, futuro niño deseado e imaginado. Sin embargo, en el lenguaje coloquial se ha unificado la denominación, generalizando el término “embrión” para ambos estadios. Es recomendable que dicha nomenclatura sea aclarada y acordada con los pacientes.
Se conoce que el éxito de un tratamiento no siempre se logra en el primer procedimiento. Por ello, la criopreservación de embriones preimplantacionales habilita al equipo tratante y/o médico y a los pacientes para contar con otras chances de lograr un embarazo. Lo que se preserva es la potencialidad de un posible embrión para ser albergado en un útero. De alguna manera es un backup, un “reaseguro” de otra posibilidad, que puede pensarse como idéntica a la anterior o bien como nueva o distinta.
El alto costo económico de los tratamientos de fertilización médicamente asistida impulsa a algunas personas a aceptar la criopreservación, como modo de disminuir el costo de los siguientes intentos. Otro aspecto a considerar es el desgaste físico y emocional que padecen las parejas. En el caso de las mujeres –sea masculino o femenino el factor que condujo a estas opciones–, su cuerpo domina la escena. Mediante la criopreservación es posible reducir las implicancias afectivas, el dolor físico y las exigencias de recibir la medicación específica diariamente.
De todas formas, criopreservar implica una decisión compleja, la cual también incluye efectos emocionales que convendría contemplar con anticipación. Por ejemplo, en ocasiones la representación de un pre-embrión criopreservado se acerca más a la de un embrión anidado que a un blastocisto (estado temprano del desarrollo embrionario). Esto sucede aun cuando, intelectual y racionalmente, los pacientes tengan la información adecuada y hayan observado imágenes de estas células.
Aclaremos que, en investigaciones realizadas en otros países, se ha estimado que la relación entre padres e hijos, y el desarrollo psicoemocional de los niños nacidos de embriones criopreservados no difieren de los de nacidos por otras técnicas o concebidos “naturalmente”. Esta es una de las conclusiones a las que ha arribado, por ej., la psicóloga inglesa Susan Golombok. (“Families created by gamete donation: Followup at age 2”, revista Human Reproduction, 2005, vol. 20). Todos estos son elementos de información importante para los pacientes a la hora de decidir la criopreservación, especialmente considerando la situación que se generará cuando se realice la transferencia. En la consulta es procedente puntualizar estos temas con el fin de desmitificar conocimientos inadecuados, disminuir temores, aun si la producción de fantasías continúa operando en el psiquismo.
Habitualmente las palabras no expresan con fidelidad ni la variedad de representaciones posibles, ni la magnitud de las emociones que genera, en los potenciales padres, el “tener” pre-embriones criopreservados. A su vez, las representaciones de los embriones se modifican según el estilo de personalidad y las vivencias que vayan acumulando internamente los pacientes y desde factores de la realidad. Esto especialmente después de un tratamiento frustrado o luego de una transferencia de la cual haya resultado un embarazo. Generalmente, una vez alcanzado el objetivo anhelado, un hijo, el “reaseguro” adquiere otra dimensión, en tanto se imagina que existirán otros intentos de embarazo cuando la idea de un nuevo hijo tenga lugar en el seno de la familia reciente.

Pérdidas

Otro punto a considerar son las pérdidas posibles e inevitables de aquellos embriones criopreservados, que no sobreviven para el momento de una nueva transferencia. La posibilidad de tal situación debe ser conocida por los pacientes con antelación a todo procedimiento, fundamentalmente a posteriori de un resultado negativo y ante la expectativa que genera la posibilidad de una nueva transferencia.
Ante cada transferencia, resurgen los mismos sentimientos que afloraron en tratamientos anteriores con respecto a la posibilidad de éxito. La expectativa de conquistar el objetivo deseado existe, y en cierto modo ayuda a tolerar la preparación del endometrio, aunque la aplicación de medicación no sea tan intensiva. La espera hasta el resultado puede ser tan difícil como en los intentos precedentes. Las experiencias atravesadas dejan alguna marca en cuanto al registro interno de los distintos pasos del procedimiento y la posibilidad de prever las sensaciones que suelen presentarse en función de la personalidad de los pacientes. La necesaria confianza en el éxito y una cuota de ansiedad soportable son inherentes al deseo. Sin esperanza, no se puede transitar el camino y colaborar con el equipo asistencial.
No existe la vacuna para prevenir el dolor antes del fracaso, tampoco técnicas ni medicación psiquiátrica que garanticen la reducción de un padecimiento. El ser humano no está dotado para evitar el sufrimiento. Pero sí se les pueden brindar a los pacientes algunos instrumentos como la información científica, o bien posibilitar que recuperen modalidades de defensa en situaciones críticas, conductas ya utilizadas o nuevas, que pueden descubrir mediante un trabajo de conocimiento de sí mismos. Este trabajo los lleva a diferenciar realidad de fantasía; a distinguir lo posible, aunque dificultoso, de lo imposible. Deberían transitar las ganas de ser padres logrando que la fuerza de ese deseo les permita esperar, pues la complejidad del organismo humano también es azarosa. Permitirse tener la “certeza” interna de que lograrán ser padres, por alguna vía, los posiciona positivamente. Pueden entonces ubicarse en una situación donde el fin último, construir una familia, implica un proyecto vital, pero sin que el mismo implique hipotecar la vida entera.
Es por eso que las palabras van cimentando las fantasías que designamos como fecundantes: esas construcciones que, en relación con el ideal de hijo, arman los padres antes del nacimiento, aun antes de un embarazo. Estas fantasías prenatales anteceden al niño que vendrá, y constituirán el primer entramado psicológico del infans; actúan como fundantes del aparato psíquico, de su desarrollo y de las vicisitudes del niño. Las fantasías elaboradas por los padres estructuran las representaciones del bebé imaginario que serán bases de la futura relación con el niño real. Incluyen aspectos narcisistas y la transmisión de valores transgeneracionales familiares y sociales, así como también, en ciertos casos, características psicopatológicas. Estas fantasías son las ensoñaciones, sueños diurnos, cadenas de representaciones que contienen deseos inconscientes y conscientes, sobre los que se erige la personalidad de cada individuo.

“Disponibles”

Una vez que una pareja con trastornos reproductivos, después de mucho esfuerzo, lleva a término un embarazo –sea éste logrado en un procedimiento habitual o por transferencia de embriones congelados–, queda latente el tema de los restantes embriones, en disponibilidad. Abordar este tema sin contar con una ley que proteja a los pacientes y permita la tarea asistencial es complicado. Y aun cuando en algunos países se cuenta con leyes adecuadas, esto no necesariamente aliviana las decisiones de los pacientes ni encauza las prácticas asistenciales. El punto crucial es qué deciden los pacientes sobre el futuro de sus propios embriones.
En una encuesta reciente, realizada por la Concebir (ONG, Grupo de Apoyo a Parejas con Problemas en la Reproducción), en la que se interrogó a 1155 pacientes de infertilidad, se encontró que el 62 por ciento de ellos aceptaría recibir embriones donados y el 64 por ciento accedería a donar embriones. Sin embargo, es habitual que haya una ausencia de reclamo de los embriones por períodos prolongados –más de tres años–, lo cual acarrea problemas éticos, con actitudes diversas entre los profesionales de la salud y las clínicas especializadas. En nuestra práctica clínica detectamos que las parejas cambian de actitud y de idea acerca de qué hacer con los embriones disponibles. En principio, las parejas están conminadas a una elección entre cuatro caminos posibles: postergar la transferencia; donar los embriones a otras parejas infértiles; donarlos para investigación; descartar los embriones. En la mencionada encuesta se interrogaba a los pacientes considerando las tres últimas opciones. Los porcentajes en las respuestas fueron en general coincidentes entre hombres y mujeres. Alrededor del 15 por ciento considera que los donaría para investigación, el 65 por ciento los donaría a otras parejas y el 15 por ciento los destruiría (un porcentaje de encuestados no respondió a esta opción).
En general, una vez que las parejas alcanzaron la pater-maternidad, durante el embarazo y en el momento de plena conexión con el recién nacido, no tienen energía psíquica apta para emplearse en pensar y decidir sobre los embriones criopreservados. Transcurridos dos o tres años del evento, en aquellos casos en que las parejas tenían un proyecto de vida que incluía más de un hijo, se puede pensar en nuevas transferencias e intentos de embarazo como destino posible de los embriones. Pero cuando el proyecto de segundo hijo se dilata o cesa, la situación es diferente. En tanto se trata de su propio material genético, llegado el momento, a las parejas suele resultarles difícil pensar en la aceptación de la adopción por parte de parejas infértiles. El panorama se hace más complejo porque en las parejas circula la fantasía de gemelaridad, dilatada en el tiempo, sobre todo si ya han logrado un embarazo. También surge la figura de que el material guardado es una suerte de clon del embrión transferido. Más complicado les resulta contemplar la donación para investigación. Algunos, cuando ya tuvieron otros hijos, prefieren descartar los embriones que restan. En todos los casos se posterga el “hacerse cargo” de una decisión que dejaron pendiente. Suponen que con el transcurrir de los años se aclararán los recorridos a seguir. Esta situación es más complicada, pues el significado, la representación y valoración de esos embriones cambian una vez logrado el objetivo deseado. Las posiciones elegidas son reemplazadas en el tiempo. Algunos, en última instancia, aceptan entregarlos para investigación considerando que “podrían ayudar a parejas con problemas reproductivos”, como los que ellos padecieron.
La European Society of Human Reproduction and Embriology (Eshre), en el 2001, publicó consideraciones éticas sobre la criopreservación de embriones pre-implantacionales humanos. La discusión gira alrededor de quién decide y qué se decide acerca del destino de los mismos, prestando atención a los acuerdos establecidos entre las partes intervinientes: pacientes e instituciones de salud acerca de los tiempos de cuidado de los mismos, los recontratos posibles, los cambios de ideas que puedan tener las parejas, la comunicación periódica necesaria entre ambos.
* Texto extractado del artículo “Efectos emocionales de la criopreservación de embriones y su transferencia”, publicado en la Revista de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva, vol. 25, Nº 1.

Fuente: Página 12

sábado, 8 de junio de 2013

PAPA FRANCISCO ¿GATOPARDISMO, O CONTINUISMO?


La corporación religiosa denominada iglesia católica es conducida desde el 13 de marzo pasado por un nuevo líder cuya designación ha sido toda una novedad, entre otras cosas, por ser latinoamericano.

La institución concluyó el 2012 inmersa en una crisis terminal producto de la corrupción interna de la oligarquía de gerontes que la gobierna, la plaga de abusos sexuales del clero, falta de transparencia financiera del llamado vulgarmente Banco Vaticano (IOR), y una ideología clerical - con pretensiones de verdad absoluta - marcadamente desactualizada debido a los cambios sociales, por nombrar algunos ejemplos.

En apariencia, la designación del papa argentino estaría mostrando un cambio en los factores y circunstancias que conforman la coyuntura institucional. Sin embargo, si nos atenemos a las declaraciones y actos del pontífice, directamente relacionados con los problemas que desataron la crisis, claramente surge un continuismo con la política de los dos papas integristas que le precedieron.

Detrás de la máscara, los gravísimos problemas mencionados siguen visibles, aunque el papa argentino aplique la teoría del tero, pájaro que pone los huevos en un lugar, pero grita en otro.

1. Demagogia y sensiblería

Desde la elección de Bergoglio la nueva coyuntura no es otra cosa que un maquillaje compuesto de innumerables gestos demagógicos y culto al líder, todo canalizado por un aceitado aparato propagandístico.

Los innumerables gestos del pontífice están destinados, como es lógico, a “ganarse” a la opinión pública, y en segundo lugar, a producir en los creyentes una respuesta emocional que es característica de la religiosidad de nuestra época donde predominan las “sensaciones” como experiencia religiosa.

Si como sostiene el diccionario RAE por demagogia se entiende una “práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular”, la retahíla de gestos del papa Bergoglio confirma lo que sostenemos.

Besar niños, sentarse en el último asiento en una capilla durante una misa, solicitar que un famoso cardenal encubridor de pederastas no “pisara” más una iglesia, acercarle una silla y un sándwich a un guardia suizo, pagar de su bolsillo la cuenta del hotel, solicitar al pueblo que lo bendiga, antes de bendecir él, recibir la camiseta del club San Lorenzo, burlarse de un hincha del club Boca Juniors por los tres goles que le propinó aquél, son gestos que sirven para mostrar a la opinión pública el costado “humano” del pontífice, y que se multiplicarán con el tiempo por la profunda crisis de credibilidad que debe revertir la institución.

Aquellos gestos son un disparador perfecto para el sentimentalismo y la respuesta emocional, corazón de la experiencia religiosa en estos tiempos.

Fue José María Mardones quien analizó la “espiritualidad de la degustación”, que también se observa en el catolicismo romano. Se caracteriza por el predominio de las sensaciones, “centradas en la experiencia emocional, interior”, donde “todo está al servicio de la tranquilidad del creyente y de sus desbloqueos”, una fe a “medio camino entre el sentirse bien y los buenos sentimientos”. Mucho llanto, alta carga emocional, mucho abrazo, verdades de Perogrullo en el discurso papal, y en el caso de los argentinos, mucho sentimiento “patriótico” y chauvinismo. Para el sociólogo “una religiosidad ajustada al mercado”, que no extraña que se comercialice.

Una fe que, paradójicamente, necesita certezas frente a la pluralidad de culturas. Por ello, el autor destaca que nuestras épocas de pluralismo y relativismo numerosos creyentes “buscan refugios, protecciones, líderes, doctrinas seguras, grupos y grupúsculos donde se les asegure la ración de verdad y de certeza que necesita el espíritu humano para su equilibrio”. “Nuestro tiempo plural y relativista es, por eso mismo, tiempo de fundamentalismos… aunque sea al precio de la libertad y de la reflexión crítica” (1)

No extraña, entonces, que aquellas manifestaciones sean manipuladas por una cadena de gestos papales dirigidos a ganarse el favor popular; halagos clericales hacia un rebaño incapaz de criticar al ahora admirado papa argentino.

2. Culto al líder, marketing, y propaganda

Y acá entra a tallar el marketing que poco a poco va transformando lo que hace seis meses atrás era una crisis terminal, en una “esperanzadora” política de reformas asentada en el nuevo líder al cual se lo idolatra como a cualquier dirigente.

El culto al líder se observa, en nuestro país, en una invasión de “bautismos” de calles, paseos, plazas, monumentos, avenidas, y homenajes varios. También en las “visitas” al Vaticano que dirigentes y referentes políticos llevan a cabo, preocupados por aparecer junto al papa argentino en un año electoral.

La operación “marketinera” es clara y lleva su lógica, si se tiene en cuenta que, hasta diciembre de 2012, la corporación religiosa tenía ínfimos niveles de transparencia internacional y de credibilidad.

Viene a cuento un relato que Isaac Rosa hizo en su blog referido a la crisis de los abusos sexuales del clero católico, donde un bróker le daba consejos a un cardenal para salir del atolladero: “¿Crisis?”, responde el ejecutivo, sonriendo. “De eso yo sé mucho. ¡Crisis! Hace un año estaba yo como usted, hundido y pensando que era el final. Y míreme ahora. Tan tranquilo. Si quiere, puedo darle algunos consejillos”. El cardenal se gira y lo toma por los hombros: “Por favor, hijo, cuéntame cómo lo hicisteis.”

El bróker le da un primer consejo relativo a los abusos, y agrega un segundo: “… propósito de enmienda. Ya me entiende. Prometan algo grande, generen expectativas: digan que van a refundar la Iglesia, que han aprendido la lección, que no volverá a pasar.” (2)

El consejo de prometer “algo grande” y “generar expectativas” para revertir la crisis es el clima instalado por la propaganda vaticana, acompañada por una gran dosis de ingenuidad de no pocos sectores y comunicadores sociales.

Si bien es muy pronto para precisar que Bergoglio ha caído en el gatopardismo, los cambios son exiguos: sólo nombró una comisión de ocho cardenales para que lo asesoren en la reforma de la Curia cuya primera reunión será recién en octubre.

Y en el caso del Banco Vaticano (IOR), que administra fondos por 7.000 millones de euros, el “cambio” pasa por haber contratado una consultora que determinará “las transacciones y clientes sospechosos”, con promesa de publicar un informe para el 1° de octubre.

3. Continuismo a la criolla

Lo que sí puede observarse son notas continuistas a través de indicadores “sensibles”. Pueden mencionarse los siguientes:

a) No publicidad del informe secreto de 300 fojas que el papa renunciante le habría entregado en mano a Bergoglio. Tiene su lógica, por cuanto en la iglesia no hay plena vigencia del principio de publicidad; tampoco existen poderes separados que se controlen mutuamente. Mucho menos, los laicos tienen facultad de contralor. Como sostuvo alguien, en la última monarquía absoluta del planeta todo lo que no es sagrado, es secreto.

b) La cuestión de los abusos sexuales del clero. La orden es continuar con la política de “tolerancia cero” de Benedicto XVI. Cabe recordar que dicho papa, cuando fue cardenal y responsable de la moderna inquisición vaticana conocida como Congregación para la Doctrina de la Fe, fue uno de los responsables de los miles de encubrimientos de abusos sexuales contra niños/as, que de no haber sido por la acción de los medios de comunicación social y la valentía de las víctimas, la situación seguiría exactamente igual: encubierta y oculta.

La “tolerancia cero” no es otra cosa que la reacción a un problema descomunal que le “explotó” a Ratzinger. También es una respuesta falsa desde el momento en que siguen existiendo procesos judiciales y administrativos canónicos donde la garantía de defensa en juicio para las víctimas no rige en plenitud, donde se mantiene el secreto pontificio, y no existe orden de apertura de los archivos secretos que asegure transparencia y credibilidad. La “tolerancia cero” no pasa de ser el blanqueo de un sepulcro bastante podrido, no destapado en su totalidad.

Las nuevas normas dictadas por Benedicto XVI, el Congreso que se convocó al efecto, el encuentro con las víctimas “cuidadosamente seleccionadas”, y los pedidos de perdón, son otro maquillaje que ya fue advertido por las organizaciones que defienden a las víctimas del clero delincuente, que también alzaron su voz por la presencia de una decena de cardenales encubridores en el cónclave que designó a Bergoglio.

c) Censura y persecución contra la liga de religiosas estadounidenses. A poco de asumir, Francisco ratificó la “evaluación doctrinal” que la inquisición vaticana llevara a cabo contra la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (Leadership Conference of Women Religious, LCWR), la principal organización de religiosas de Estados Unidos que representan a más de 57.000 monjas.

La gerontocracia vaticana decidió una reforma integral de aquella agrupación, acusándola de “graves desviaciones doctrinales” violando, una vez más, la libertad de pensamiento y conciencia de los miembros de la institución, y reforzando la perspectiva patriarcal.

Como era de esperar el comunicado emitido por el Vaticano fue en un “tono amable”, “poniendo luz” al trabajo positivo de las monjas.

d) Falacia voluntad de Dios/visión clerical: en el mensaje que les dio a las integrantes de Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), se refirió a la obediencia, la pobreza y la castidad, los tres votos de las religiosas, y afirmó que la obediencia es escuchar la voluntad de Dios, léase, lo que dice el clero.

Dejemos que hable Nietzsche para rebatir la idea del papa argentino: “… el grado de obediencia a la voluntad de Dios determina el valor de los individuos y los pueblos; que en los destinos de los individuos y los pueblos manda la voluntad de Dios, castigando y premiando, según el grado de obediencia”... “… al estado de cosas donde él, el sacerdote, fija el valor de las cosas le llama “el reino de Dios”, y a los medios por los cuales se logra y mantiene tal estado de cosas, “la voluntad de Dios”; con frío cinismo juzga a los pueblos, tiempos e individuos por la utilidad que reportaron al imperio de los sacerdotes o la resistencia que le opusieron” (3) 

e) Visión sexista de Francisco: al mismo grupo de monjas les sugirió ser “madres espirituales, y no solteronas” ratificando, nuevamente, la visión machista y maniquea que cierto tipo de clero (y no pocos sectores de laicos), tienen de las mujeres. Utilizó la palabra “solterona” con toda la connotación disfórica que el término tiene. La perimida visión de la mujer, elaborada por varones célibes, sigue vigente.

f) Ideología integrista: las uñas integristas las mostró al recibir a los grupos autodenominados - eufemísticamente – “pro vida”. Segmento católico que lucha para que las leyes laicas se funden en sus principios confesionales. Tiene su lógica y es coherente: Bergoglio proviene de ese sector del catolicismo, aunque sea jesuita.

g) Comisión “reformadora” con miembros cuestionados: la comisión de ocho prelados encargados de asesorar la reforma de la Curia tiene un “vicio” respecto a dos de sus miembros. Hablamos del cardenal golpista Rodríguez Madariaga, principal garante espiritual del golpe de estado en Honduras en 2012;  y el encubridor de curas abusadores, el australiano George Pell. Ambos prelados no son precisamente una garantía de progresismo.

Los breves indicadores mencionados, sólo a título indicativo, dejan ver por ahora que el continuismo con la política interna de los dos papas que lo precedieron prevalecería sobre el gatopardismo, aunque  se publiciten “cambios” relativos al estilo o forma de ejercer el rol de papa.

Al continuismo, se le agregan problemas anexos, aunque no menores, para solucionar: ¿qué modelo de institución impondrá? ¿Seguirá con el modelo clerical/jerárquico, marcadamente obsoleto, y principal causa de la debacle institucional?  ¿U optará por un modelo profético/apocalíptico, siguiendo el pensamiento de Rubén Dri? ¿Militará por una iglesia separada del Estado, o continuará con una política parasitaria que necesita de aquel para satisfacer sus intereses políticos y económicos? ¿Podrán los sectores laicos generar pensamiento autónomo, o seguirá siendo el rebaño que obedece al clero? ¿Propondrá la “obediencia del cadáver” sostenida por San Francisco de Asís, o permitirá la creciente “protestantización” de los sectores católicos? ¿Se abrirá a la plena vigencia de los derechos humanos en el seno de la institución, o mantendrá ese esperpento jurídico llamado “Código de Derecho Canónico”, claramente violatorio de derechos humanos básicos? ¿Qué imagen de Cristo propondrá? ¿La del laico, no sacerdote, no católico, y que defendía la autonomía de varones y mujeres? ¿O la del autoritario que impone el infierno a quien “no cree” en él?  

Las expectativas que el papa argentino ha despertado en numerosos sectores se transformaron rápidamente en reclamos concretos: fin del celibato sacerdotal, sacerdocio femenino, plena igualdad de varones y mujeres en su capacidad jurídica intraeclesial, colegiación y cogobierno con los obispos, mayor participación de sectores laicos en la dirección de organismos internos, por citar algunos.

La clave para determinar si el clero - y el propio Francisco – estarán dispuestos a reformar la institución pasará por compatibilizar creencias, doctrinas y dogmas con los derechos de los creyentes, eliminando sus permanentes conflictos. Lo contrario serán “migajas” clericales a favor del laicado.

Un ejemplo: ¿Alguien piensa que los obispos permitirán que laicos elaboren políticas familiares por fuera de la ideología clerical? ¿No fue Francisco quien “tiró las orejas” a las parejas católicas que deciden tener sólo un hijo, invadiendo su intimidad y conciencia?

4. Efectos en la sociedad laica

Plantear si el papa Francisco, a tres meses de gobernar, promete cambios para no cambiar nada, o si es una continuación del integrismo de Juan Pablo II y Benedito XVI, tiene que ver con problemas internos de la institución, de su organización, funcionamiento, normas, y prácticas.

El problema se presentará nuevamente si aquel continuismo integrista pretende expandirse a la sociedad laica para “recristianizarla”, utilizando al Estado como es su costumbre.

Ha sido Coral Bravo, refiriéndose a la realidad española, quien sostuvo que “A día de hoy en España la Iglesia católica sigue infiltrada en los asuntos de Estado. Interviene en las decisiones políticas, mediatiza la conciencia ciudadana con tendencias de pensamiento que frenan la evolución ética y el progreso de la sociedad, y mantiene buena parte de los anacrónicos y abusivos privilegios que están vigentes desde el Concordato que firmó Franco con el Vaticano, en 1953, y que se renovaron en los mismos términos en 1979. La religión, en España, no está en las iglesias, sino que está muy presente en todos los ámbitos de la vida ciudadana; en la política, en la educación, en la sanidad, en la asistencia social; manteniendo una presencia caduca y obsoleta que no le corresponde a ninguna confesión en ningún sistema democrático” (4)

En este escenario será importante evaluar la política de Francisco. Si continúa con la abusiva intromisión de sus predecesores en las políticas de los Estados, exigiendo y presionando para que se gobierne y legisle conforme la ley natural católica, sólo obligatoria para esa religión, o si respeta las libertades laicas.

¿Gatopardismo, o continuismo? Si prevalece el primero, será un problema interno de la institución, y una profundización de su crisis. Si es lo segundo lo que se ratifica, la sombra integrista y totalitaria del pensamiento de Wojtyła y Ratzinger se proyectará nuevamente hacia todos.

En definitiva, el mundo que lucha por buscar libremente el sentido de la vida, sin coacciones ni férulas religiosas, deberá tener en claro que – en línea con el pensamiento de Vattimo -, los integrismos religiosos siguen siendo un obstáculo para la civilización y la autonomía de los pueblos.

Notas

(1) Mardones, José María, Neoliberalismo y religión, 1998, Navarra, Editorial Verbo Divino, p. 73.

(2) Rosa, Isaac, Qué le dice un ‘bróker’ a un cardenal, en blogs.publico.es/trabajarcansa/.../que-le-dice-un-broker-a-un-cardenal/

(3) Nietzsche, Friedrich, El Anticristo, 2005, Edaf, Madrid, p. 49.

(4) BRAVO, Coral, Dimisión Papal y Laicismo, en www.redescristianas.net/.../dimision-papal-y-laicismocoral-bravo-doc...

jueves, 6 de junio de 2013

COMPARTO NOTA DE CATÓLICAS POR EL DERECHO A DECIDIR

Noticias de la Red CDD/AL EN Antigua- Guatemala en la asamblea de la OEA

A pesar de la presión fundamentalista de los sectores conservadores de la Iglesia Católica en la 43 Asamblea de la OEA en Antigua- Guatemala y gracias a los aportes y el trabajo de incidencia llevadas a cabo por la Campaña Convención DssyDrr junto con la Coalición LGTTTBI y el apoyo de los Estados que defienden los DDHH de todas las personas incluyendo los derechos sexuales y los derechos reproductivos se han aprobado las siguientes Convenciones hoy 05 de Junio:

- Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación ...Racial y Formas Conexas de Intolerancia.

- Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e intolerancia

Y con mucho trabajo de la sociedad civil y la cancillería de Brasil y Uruguay, se logró convencer a la cancillería de El Salvador que retire su propuesta de modificar la propuesta y seguir debatiendo. Finalmente se logra aprobar por consenso la Resolución

- Resolución Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad y Expresión de Genero

Esto es histórico en el sistema de DDHH es la 1ra resolución que reconoce la EXPRESIÓN DE GENERO

domingo, 2 de junio de 2013

ANÁLISIS SOBRE LOS PRIMEROS MESES DEL MONARCA CATÓLICO

Francisco entre la expectativa y el escepticismo
 
El nuevo papa le impuso su propio estilo al pontificado y lo “desacartonó”, haciéndolo más próximo y más cercano al sentir popular. Un papa de pensamiento conservador, aunque cuenta con gran sensibilidad respecto de los temas sociales.
 
Por Washington Uranga
 
Pasaron dos meses desde que Jorge Mario Bergoglio se transformó en Francisco, el Papa de la Iglesia Católica Romana. Posibilidad adelantada por pocos, hecho inesperado para los más. Lo cierto es que los primeros pasos de Francisco como Papa sorprendieron a algunos, cautivaron a otros y muchos aguardan con expectativa, también con escepticismo, los próximos movimientos, algunos de los cuales ya comienzan a anticiparse. El interés que despierta la actuación de Bergoglio como Papa se refleja también en la cantidad de equipos periodísticos extranjeros, particularmente de televisión de Europa y de países del Norte, que han llegado hasta Buenos Aires para documentar la historia, buscar antecedentes y saber más sobre este Papa que “viene del fin del mundo”. Lo mismo ocurre con los libros sobre el Papa y a propósito de él. Aquí y en Italia, país en el cual los textos sobre Francisco alcanzan los primeros niveles en los recuentos de venta. A ello debe agregarse que, si bien no hay estadísticas, los sacerdotes a quienes se consulta tienden a decir que, por lo menos en Argentina, desde que Bergoglio es Papa se renovó el fervor y aumentó la presencia de la feligresía en los templos.
 
- ¿Qué hizo Francisco en estos dos meses?
En primer lugar, cambió el estilo del pontificado. Le impuso su propio estilo y lo “desacartonó”, haciéndolo más próximo y más cercano al sentir popular, a la gente. Quienes no conocen de antemano a Bergoglio, suelen preguntar si la austeridad y la sencillez del ahora Papa es una postura, una estrategia. La respuesta debería ser categóricamente no. En ese sentido –y en muchos otros–, Francisco sigue siendo Bergoglio. Pero hay nuevos datos. Ya no es el cardenal de Buenos Aires sino el Papa, y todo lo que hace tiene un nivel de trascendencia muy importante. Sobre todo cuando se diferencia tanto de sus antecesores. La austeridad en Bergoglio no es una postura oportunista o circunstancial. Es un estilo de vida. En Argentina probablemente esto pasaba más inadvertido porque en la lectura del personaje aparecían otros rasgos (su actitud política, su modo de comunicación) que resultaban más preponderantes a la hora del análisis.

Bergoglio no fue nunca un “curial” y sus contactos con ese mundo han sido circunstanciales y, en muchas ocasiones, incómodos para ambas partes. El Vaticano no está habituado a un Papa que reniega de la pompa, que prefiere vivir en una casa de ejercicios espirituales compartiendo con otros curas antes que estar aislado en un palacio. Esto le cae bien a la gente y les molesta a muchos de los habitantes del Vaticano, que están acomodados en sus poltronas y en el boato. En ese sentido, el testimonio de Bergoglio resulta, por su propia práctica, una crítica al suntuoso estilo religioso de la curia romana.

Precisamente éste es uno de los objetivos a los que ya comenzó a apuntar Francisco: la reforma de la curia. La comisión internacional de ocho cardenales ya designada tiene entre sus principales tareas la de hacer propuestas en ese sentido. Con la designación del grupo se trastrocó el “orden vaticano”, porque la comisión, no contemplada en ningún estatuto, reglamento o disposición, quedó por encima de toda la estructura de gobierno. Desde Roma cuentan que en la burocracia católico-romana hay temor por lo que pueda venir. Hay trascendidos, pero nada confirmado.

Dan vuelta ideas acerca la disminución de la burocracia vaticana. “La Iglesia no puede ser una ONG”, dijo Francisco. La poderosa Secretaría de Estado, hasta hoy interinamente en manos de Tarcisio Bertone (78 años), cuyas atribuciones crecieron durante el pontificado de Juan Pablo II, podría ver seriamente reducidas sus atribuciones. También podría disminuirse la cantidad de dicasterios (ministerios) del gobierno central de la Iglesia. Varias de las funciones que tienen ahora estas dependencias podrían pasar directamente a las diócesis, como parte también de una estrategia de descentralización.

- ¿Gobierno más colegiado?
Durante Juan Pablo II y Benedicto XVI, la Iglesia Católica se hizo “romano-céntrica”, tirando atrás el proceso de descentralización impulsado por el Concilio Vaticano II hace más de cincuenta años. Otra medida que se estaría considerando es que la máxima autoridad de los dicasterios no esté reservada a cardenales y obispos, sino que allí pueda haber laicos católicos, varones y mujeres. Muchos se preguntan, por ejemplo, cuál es la pertinencia de que un cardenal presida el Pontificio Consejo para la Familia. Si la medida se toma, por más que sea el resultado de un razonamiento sensato, será considerada “audaz” y hasta transgresora por quienes reivindican el poder centralizado de los obispos.

Con el nombramiento de la comisión internacional de cardenales para que lo asesore, el Papa también dio otro signo en la línea, ya adelantada en gestos, de avanzar hacia un gobierno más colegiado de la Iglesia Católica.

No habría que olvidar otras acciones. Les puso freno a los intentos de los ultraconservadores lefebvristas, que habían comenzado a negociar con Benedicto XVI su reinserción en la Iglesia, pero exigiendo que se les reconociera su desconocimiento de parte de los acuerdos del Concilio Vaticano II, al que consideran inaceptable. Francisco dijo no: tienen que regresar sin condiciones. Y al mismo tiempo desbloqueó la causa de canonización de Oscar Arnulfo Romero, arzobispo mártir de San Salvador (El Salvador), asesinado el 24 de marzo de 1980. El proceso había sido paralizado en concordancia con los acuerdos entre Ronald Reagan y Juan Pablo II, que acompañaron la puesta en marcha del llamado Consenso de Washington y la ofensiva norteamericana sobre América Central. Ciertamente la figura de Romero, luchador por la justicia y mártir de la paz, no era bien vista por los conservadores norteamericanos. El proceso de canonización estuvo parado hasta ahora.

Francisco también ha tenido mano dura con los pedófilos, y ésta parece ser una línea de su gobierno eclesiástico.

- ¿Qué se puede esperar?
Un capítulo que puede aportar novedades es el referido al banco vaticano, el Instituto para las Obras de la Religión (IOR), una institución severamente cuestionada en el mundo financiero. La Agencia de Información Financiera, creada por la Comunidad Europea, tiene al banco vaticano entre las instituciones sospechadas de blanqueo de dinero. Las especulaciones sobre el futuro del IOR son muchas y van desde el cierre directo hasta una reforma sustancial en sus estatutos. La eventual clausura del banco vaticano tiene muchas resistencias en el seno de la Iglesia, de algunos obispados y ciertas congregaciones religiosas, que encuentran en el banco vaticano un ámbito donde invertir y proteger sus dineros. Por ahora, Francisco pidió una auditoría a fondo y está dispuesto a transparentar los resultados haciéndolos públicos.

- ¿Convocará Francisco a un concilio, una gran asamblea de los obispos de toda la Iglesia, como lo hizo en su momento Juan XXIII?
No habría que descartar la posibilidad, aunque para ello todavía habrá que esperar los próximos pasos. Quizás la visita a Brasil, en julio próximo, sea la ocasión para hacer algunos anuncios, cuando la mirada del mundo esté centrada en su primer viaje en torno de la Jornada Mundial de la Juventud.

Respecto de Argentina, vale anotar que recibió a las Abuelas de Plaza de Mayo –aunque muchos objetan que no hubo audiencia privada, como sí se la otorgó inclusive a deportistas– y respondió atentamente a una carta de Hebe de Bonafini. Habrá que esperar si los diálogos y los pedidos –particularmente aquellos referidos a la apertura de los archivos eclesiásticos que puedan aportar información para el esclarecimiento de hechos ocurridos durante la dictadura militar– caen en buen terreno y se producen hechos favorables en ese sentido. Este sí podría ser un paso de enorme trascendencia, para la Argentina y para el mundo.

En relación con la vida política argentina, Francisco continúa con la misma estrategia que antes tuvo como Bergoglio. Los contactos reservados existen y en estos dos meses hubo mucho más diálogos –telefónicos y presenciales– que aquellos que han trascendido a la opinión pública. Más de un dirigente político (inclusive alguno del oficialismo) ha sido recibido en Roma por el Papa en forma privadísima. Las llamadas telefónicas son asiduas. Pocas son públicas, la mayoría se mantienen en reserva. Hay más de una anécdota que da cuenta de secretarios y telefonistas que no pueden creer y se toman unos instantes para discernir que no se trata de una broma de mal gusto cuando del otro lado del teléfono alguien se presenta como “Francisco, el Papa” y pide hablar con su jefe o con su jefa. Al fin de cuentas, ése es el mismo estilo que Bergoglio supo llevar adelante desde su despacho en el Arzobispado porteño. Aunque ahora su papel, su función y su responsabilidad sean otros y, por ese mismo motivo, también el cuidado es mayor para no aparecer “interfiriendo” en los asuntos políticos del país.

Lo cierto es que Francisco abrió la puerta a muchas expectativas, incluso de parte de aquellos que en algún momento pudieron ser sus severos críticos. Llama la atención, por ejemplo, la actitud del teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff, quien prácticamente ha extendido un cheque en blanco para la gestión del papa Bergoglio.

- ¿Cambió Bergoglio?
Todo indica que no hay cambios sustanciales entre Jorge Bergoglio y Francisco. Pero apenas con afirmar sus rasgos fundamentales, el Papa ya genera “ruidos” en la estructura vaticana y en el gobierno de la Iglesia Católica Romana, que atraviesa una gran crisis, que está anquilosada en el tiempo.

No modificó sus convicciones. Eso puede darse por cierto. Y por tal motivo no habría que esperar cambios fundamentales en la doctrina. Seguramente no los habrá. Aunque sí –siguiendo el estilo pastoral del ahora Papa– más cercanía y atención para reaproximar a la Iglesia a quienes se han sentido rechazados (divorciados, curas casados, entre otros) o desalentados de participar.

Hasta el momento, el Papa ha decidido guardar silencio en relación con las objeciones que se hicieron respecto de su actuación en Argentina durante la dictadura militar. El vocero Federico Lombardi es quien ha salido al cruce de las acusaciones. Lo más probable es que Francisco siga en la misma posición: sin comentarios.

Francisco no es un revolucionario. Es, más bien, un sacerdote de pensamiento conservador aunque cuenta con gran sensibilidad respecto de los temas sociales. Por ese motivo no debería extrañar la ratificación permanente de las cuestiones fundamentales de la doctrina católica, acompañada de mensajes también continuos que llaman la atención sobre la situación de los pobres, de los excluidos y, desde su nuevo rol en el mundo, una apelación constante en favor de la paz. Una cumbre de líderes religiosos con el propósito de coordinar tareas en bien de la paz podría estar próxima a ser anunciada.
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