Recibir a víctimas de
abuso sexual no es algo nuevo. También los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI
lo hicieron como un gesto que formaba parte del pedido de perdón al que ya nos
tiene acostumbrados la iglesia cada vez que sus actos criminales salen a la
luz.
Pero como es moneda
corriente en las prácticas clericales, la manipulación e hipocresía también
pudieron observarse en estos actos. En primer lugar, las víctimas “invitadas”
fueron seleccionadas cuidadosamente. La invitación no fue para todos aquellos
que hayan sufrido tan aberrantes hechos, encubiertos durante años por el “santo
de los pedófilos” y su adlátere e ideólogo, ahora papa emérito. Es evidente que
en su fingido gesto los funcionarios clericales no quisieron tener problemas
con muchedumbre alguna de abusados. Sólo manipulan a unos pocos, es más fácil.
El dato ha sido
corroborado por una carta que un grupo de argentinos - víctimas de curas
abusadores -, le enviaron al pontífice recordándole que en nuestro país también
existen numerosas personas que padecieron semejante delito clerical, llamándole
la atención por no haberlos ni siquiera participado de la celebración.
La manipulación siguió
con las declaraciones posteriores a la misa y reunión: “El director de la
Oficina de Prensa de la Santa Sede habló con ellos y pudo constatar “la
profunda gratitud que tenían hacia el Santo Padre”. En particular por haber
“sido escuchados con mucha atención y disponibilidad” […] “cada uno manifestó
según su sensibilidad, y sus sentimientos eran serenos y positivos”. Y añadió
que “eran personas que se sentían gratas de haber vivido este encuentro” (1)
Gratitud, serenidad,
atención, disponibilidad, sensibilidad, de las víctimas hacia el papa. Todo
bien almidonado, al mejor estilo clerical. Pero ¿Se escucharon las voces de las
víctimas? ¿Se les dio la palabra, para enterarnos lo que tienen para decir,
cuáles son sus padecimientos? ¿Pudieron expresar públicamente su impresión? Para
nada. Tratados como tratan al laicado, al rebaño servil y embobado, nuevamente
se los silenció.
La
farsa del acto litúrgico: violencia simbólica y revictimización
El oficio religioso fue
dirigido al antropomorfo dios católico, creado a imagen y semejanza de los
mismos criminales y encubridores que celebran sus ritos. El mismo que,
supuestamente, todo lo sabe y conoce; el que eligió mediante un llamado
vocacional a los delincuentes que violaron una y otra vez a cuantos niños,
niñas y jóvenes les fueron confiados. A semejante “garante”, no habría que
dedicarle ningún acto, sino pedirle explicaciones del mal y el daño que sus
“representantes” cometieron y nunca evitó.
Ese dios ciego, sordo y
mudo, es el responsable celestial de las millones de manchas de semen que
ensucian las sotanas de sus “elegidos”, y que aún no se lavan, primero, porque
la demagogia de Francisco sólo alcanza para blanquear mínimamente el
aguantadero de pedófilos que aún mantienen, y segundo, porque el elemento clave
que permitiría solucionar al descomunal problema - el sistema jurídico canónico
-, siguen manteniéndolo, como mencionaremos seguidamente.
La misa celebrada con
presencia de las víctimas fue una nueva manifestación de violencia simbólica y
revictimización. Como sostiene Nuria Varela “La violencia simbólica no es “otro
tipo de violencia” como la física, psicológica o económica, sino un continuo de
actitudes, gestos, patrones de conducta y creencias, cuya conceptualización
permite comprender la existencia de la opresión y subordinación, tanto de
género, como de clase o raza. La violencia simbólica son los resortes que
sostienen ese maltrato y lo perpetúan y está presente en todas las demás formas
de violencia garantizando que sean efectivas” (2)
Y aquella violencia de
los abusadores se vio proyectada en la misa presidida por Francisco donde las
víctimas fueron, nuevamente, sojuzgadas y controladas, esta vez, por el jefe de
los abusadores y su poder. Se utilizaron los elementos componentes de la
religión, disfrazados de pedidos de perdón y reconciliación.
Abusos
sexuales banalizados por la obediencia de cadáveres
En el libro “El alma de
los verdugos”, Baltazar Garzón y Vicente Romero, haciendo referencia a los
militares y genocidas argentinos, se preguntan ¿Quiénes son esos tipos que,
tras despedirse de sus hijos con un beso, acuden a su trabajo como funcionarios
ejemplares para torturar o asesinar a prisioneros políticos?
Aquellos genocidas
eran, además, católicos confesos, de misa diaria, que habían jurado sobre su
biblia, y luego cometieron las más grandes aberraciones. Muchos de ellos, al
ser citados con posterioridad por la justicia, justificaron su accionar en la
obediencia.
¿Puede aplicarse aquel
interrogante a la reacción del laicado católico ante las medidas adoptadas por
el Vaticano para frenar el flagelo de los abusos? Claro que sí. De modo que
podríamos preguntar ¿por qué se adhiere acríticamente a las fingidas medidas de
las autoridades clericales para paliar el flagelo? La respuesta es la misma:
por obediencia. Hay cero autonomía y juicio crítico en grandes sectores del
catolicismo, y eso trae la penosa consecuencia de banalizar el problema de los
abusos sexuales del clero.
Ha sido Constantino
Carvallo (citado por Gonzalo Gamio Gehri), quien abordó el problema de la
obediencia dentro del catolicismo “que desliza al individuo hacia el ejercicio
del mal banal, concepto arendtiano que describe el mal producido por la
completa incapacidad de pensar” […] “la genuina idiotez de quienes no
cuestionan las órdenes, y consideran que “se encuentran protegidos moralmente
por ese blindaje que permite la obediencia” (3).
La misa celebrada por
iniciativa de Bergoglio no hizo otra cosa que profundizar la banalización de un
problema gravísimo, ante el cual el rebaño se limita a aceptar las medidas con ‘obediencia
de cadáver’, sin intentar siquiera llevar a cabo algún tipo de control externo
a las autoridades, ni presentar pedidos de informes y explicaciones.
¡Todos con la
conciencia tranquila, no faltaba más!
El
intocable sistema de prevaricación: continuidad del abuso de poderLas medidas adoptadas desde Benedicto XVI (modificación de algunas normas internas), hasta la creación de la “Comisión para la protección de los menores”, por iniciativa de Francisco (que incluye a una víctima de abuso), no pasan de ser un vil maquillaje con que la criminal institución religiosa pretende convencer al mundo que se está solucionado el problema.
Quienes confirmaron que
el sistema de prevaricato canónico sigue vigente fueron los Comités encargados
de monitorear el cumplimiento, por parte de la Santa Sede, de la Declaración de
los Derechos del Niño y la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes.
En sendos informes se
le comunicó al estado confesional que debe reformar las normas jurídicas
(canónicas como eclesiásticas), que aplica en los procedimientos por casos de
abuso sexual del clero como condición necesaria para empezar el solucionar el
problema. Ese es el punto y lo que se niegan a resolver.
Por eso, y por más que
se celebren actos litúrgicos y se creen comisiones de investigación; por más
que pidan perdón, que se digite la modificación de ciertas normas, y paguen
indemnizaciones, todo seguirá bajo el paraguas de la prevaricación y el
encubrimiento, ya que lo fundamental - garantizar la plena vigencia de los
derechos humanos para las víctimas en el seno de la institución religiosa, en
especial, la garantía de defensa en juicio, y derogar lisa y llanamente el
“secreto pontificio” -, permanece sin reformar, intacto e inalterable dándole
continuidad al feroz abuso de poder clerical.
La misa celebrada por
Bergoglio como signo de reconciliación y pedido de perdón para con las víctimas
de abuso sexual, ha sido una pantomima de lo que los católicos llaman “mesa del
Señor”, y por esa razón, la misa de los demonios.
Notas
(1) “El Papa dio esperanza
en el Vaticano a seis víctimas de abusos”, en www.zenit.org [ZS140707]
(2) “Violencia
simbólica”, en nuriavarela.com/violencia-simbolica/
(3) “Autonomía moral,
mal banal y 'catolicismo retro': comentarios a un texto de C. Carvallo”, en
www.gonzalogamio.blogspot.com/.../gonzalo-gamio-gehri-el-da-sbado-12-de....